sábado, 17 de mayo de 2008

La suerte gatuna

Adoro a los gatos. Si existiera la metempsicosis, me gustaría que mi alma se reencarnara en un gato casero. Me hechiza la elegancia lánguida de los felinos; sus andares, precisos y silenciosos; los maullidos parsimoniosos que emiten si los acaricias mientras duermen; sus ronroneos sosegados, que te acunan e invitan al sueño, como si de la más dulce de las nanas se tratara; sus ojos hipnóticos, que te miran con un mezcolanza de indiferencia y cariño… Pero si algo me gusta especialmente de estos animales es su percepción de la existencia. Los gatos nunca tienen prisa. Son capaces de tirarse mirando por la ventana durante horas, viendo como pasa la vida delante de sus ojos gatunos, disfrutando de ello.

Yo, que soy muy dada a estresarme, envidio esta cualidad sobremanera. Considero que el tomarse las cosas con calma es un placer que, a menudo, el mundo moderno no puede permitirse. Nos hemos centrado tanto en crear comodidades para nosotros mismos, que nos hemos olvidado de los pequeños placeres de la vida. La humanidad, dicen, avanza a pasos agigantados; yo difiero de ello. ‘Avanzar’ es un término que implica progresión; sin embargo, lejos de avanzar hacia un objetivo, creo que va a la deriva. No es culpa de nadie y a la vez es culpa de todos. Vamos a un ritmo tan acelerado que somos incapaces de tomarnos un tiempo para pararnos, reflexionar, fijar un objetivo y caminar tranquilamente hasta él.

Yo, como he dicho anteriormente, tengo la esperaza de poder reencarnarme en gato… De poder sentarme frente a la ventana en un día soleado y, con los ojos entrecerrados, contemplar el espectáculo que debe suponer ver a un mundo loco, corriendo de aquí para allá.

2 comentarios:

Chocochipi dijo...

Recontracóncholes Rukia... Has expuesto con certera exactitud, mis sentimientos hacia los gatos!! A mí encanta también esa actitud que tienen de "Te dejo que me cuides, que sé que te hace ilusión... pero aquí mando yo"

Y luego los gatillos chicos. Da vértigo mirarlos y sentir que esa cosita tan mona, tan pequeñita e indefensa, depende de ti.

Ains... adoro los gatos... es superior a mis fuerzas...

Joruji dijo...

jaja deberías leer un texto que escribí acerca de los gatos que es exactamente opuesto a este tuyo, en cuanto a adoración gatuna se refiere XD