Soy una de esas personas que son extremadamente curiosas. Reza un dicho que la persona que es curiosa tiene un refrán para cada cosa... Quizás sea por ello por lo que recurro asiduamente a refranes y dichos populares para rebatir algo. Aunque claro, dicen también que la curiosidad mató al gato; no obstante, como del dicho al hecho hay un trecho, no me preocupa ser curiosa en absoluto. Para otras cosas, sin embargo, soy bastante precabida que en boca callada no entran moscas; por eso ver, oír y callar, ese es mi lema. Hay gente que habla por los codos y, claro, por la boca muere el pez; luego donde dije digo, digo Diego y ahí se lía la cosa porque a río revuelto ganancia de pescadores. Como os iba diciendo, soy una persona parca en palabras, que quien mucho habla mucho hierra. No suelo decir nada a no ser que no esté de acuerdo con algo... Tampoco soy de las que las mata callando; simplemente, como quien calla otorga, para que decir más si tengo una postura cercana a la tuya. Algunos diréis que para ser callada estoy muy conversadora hoy... Y no os quito la razón; pero es que hasta el mejor escribano hecha un borrón... y es que lo cortés no quita lo valiente... eso, o que la primavera la sangra altera, no sabría que deciros. Pues eso, que el mundo está lleno de malas palabras y malas personas, que encima andan rogando y con el mazo dando... Yo, a palabras necias, oídos sordos. Total, quien a hierro mata, a hierro muere. Me conformo con saber que a todo cerdo le llega su San Martín. Lo malo de este tipo de personas es que como un tonto hace a ciento pues... Aunque eso tiene su lado bueno, porque así los tienes localizados. Claro, es que Dios los cría y ellos se juntan... Por eso siempre lo digo, dime con quién andas y te diré quién eres. Yo, desde luego, siempre intento rodearme de personas con buenos sentimientos, que a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. A los que tampoco puedo soportar es a los que intentan aparantentar algo que no son... Me resultan ridículos. Si aunque la mona se vista de seda, mona se queda... Y os voy a decir otra cosa, árbol que nace torcido jamás se endereza. Es por esto que hay que andar con mil ojos con los que ya te la han jugado una vez. Desde luego soy más del error confesado, mitad perdonado, que del ojo por ojo y diente por diente... Pero claro, eso no quita que ande con pies de plomo; que persona precavida vale por dos.
De todas maneras, os voy a confesar algo, siempre he sido de las que han pensado que en cada refrán hay una gran verdad; pero últimamente estoy hecha un lío. Porque claro, a quién madruga, Dios le ayuda; pero no por mucho madrugar amanece más temprano... Y vísteme despacio que tengo prisa; pero ojo, que quién apresura su muerte apura... Por no hablar de que quien canta su mal espanta, aunque para comer y cantar has de estar loco de atar... Total, que así una pues no se acaba de aclarar.
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