domingo, 23 de septiembre de 2012

La soledad le oprimió el pecho hasta dejarla sin respiración. Intentó tomar una bocanada de oxígeno, un respiro para seguir adelante, pero el aire quemó sus pulmones. Quería correr hacia delante, pero estaba paralizada.

Sintió el escozor en sus ojos, sus lágrimas ardiendo por salir; pero no tenía ni siquiera fuerzas para dejarlas escapar… Y tenía que seguir hacia adelante, aunque no brillara el sol.

No es que el sol brillara antes, el sol había dejado de brillar hacía mucho tiempo; pero hasta ahora sus ojos no habían mirado directamente al cielo… No es que el camino fuera distinto ahora… El camino era igual desde hacía millas… Pero acompañada parecía todo mucho más liviano…

Intentó sacudirse con fuerza, gritar, espantar la soledad y el miedo que la mantenían presa en aquel punto. Lo intentó con todas sus fuerzas… Pero a veces nuestro empeño no es suficiente…

Las piernas le flaquearon y se sintió desfallecer… Los oídos le zumbaban, las lágrimas le nublaban la visión, tenía la garganta en carne viva… Y poco a poco se fue apagando todo… Y ella casi agradeció esa privación de los sentidos… Y ella cerró los ojos con fuerza y se dejó caer con todo el peso de su cuerpo, con todo el peso de su desolación…

Y mientras caía sonrió, porque a nadie le gustan las chicas tristes.

1 comentario:

pin_panda dijo...

no nena no, de todo se sale, todo se supera! abre los ojos, vuelve al camino, encontrarás más personas, y oye, a veces no necesitarás a nadie, tu presencia será lo único indispensable. ánimos!! <3